Y por un simple desperfecto técnico se abre frente a mis ojos un mundo nuevo.
Al dejar de incandescer los hilos se transmuta lo que veíamos.
Y el reino de las posibilidades cobra sentido. Y ya no nos guía la Luz.
Es la Obscuridad la que a mi alrededor danza y la que me invita a ser yo.
Porque no pertenezco al día, al color, al Sol.
Porque aunque el astro me acaricie con sus extensos dedos y yo disfrute ese contacto no puedo entenderlo.
La Obscuridad es mi compañera y su mundo mi reino.
Me siento junto a ella horas completas, compartimos la mirada sin vernos.
Tan absoluta es que siquiera nos oímos, pero no me resulta necesario: Estar con Ella es estar conmigo.
Tenar
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